POR: DR. ENRIQUE AZOCAR PRADO
Hace unas décadas los EEUU también conoció la intolerancia racial llevada a extremos perversos. Allá, la «fiebre» de odio empezó como aquí en Tacna. Falsos líderes de opinión mentían groseramente acerca de delitos cometidos por “hombres negros”. Incluso, cientos de mujeres “blancas” denunciaban haber sido violadas por hombres negros. Luego, multitud de hombres blancos salían a la “cacería” del culpable. En el 100% de los casos, se trataba de hombres negros inocentes.
En Tacna, más de una “estudiante” divulgó la falsa noticia del supuesto asalto a la Universidad Privada de Tacna por ciudadanos venezolanos armados de cuchillos. Incluso una mujer divulgó la falsa noticia en un audio a miles de personas por WhatsApp. ¿Esas jóvenes deliraban o simplemente se dejaron llevar por el odio hacia un grupo de extranjeros?, ¿Cuándo mentían descaradamente acerca de este falso asalto lo hacían conscientemente o sufrían de alucinaciones? ¿Cómo controlar las falsas denuncias hechas por personas delirantes o evidentemente sádicas?
Pido serenidad y responsabilidad. Es tremendamente irresponsable mencionar la nacionalidad del delincuente. ¿Acaso el lugar de nacimiento determina la comisión de un delito? Recuerde que, para los ideólogos nazis, los judíos eran una raza y su “maldad” era congénita. Era una raza “mala” para los ideólogos nazis. Por ello, todo judío (anciano, niño, mujer o niña judía) era merecedor del desprecio, la explotación y la muerte. En suma, la xenofobia no distingue, todo lo abarca, todo lo generaliza. La xenofobia no solo es injusta, sino que es perversa, pues no se trata de una “enfermedad mental”, sino de una actitud consciente. Es la xenofobia un ejercicio de crueldad básica. Quien ignora la historia (caso Ku Klux Klan, por ejemplo) está condenado a repetirla.
Quienes lanzan insultos sobre los venezolanos, y quienes afirman sin rubor que son todos unos delincuentes y criminales, se han puesto a pensar acaso, ¿cómo pueden estar sintiéndose los miles de niños y niñas venezolanas en las escuelas peruanas? Estás inocentes criaturas pueden ser víctimas de rechazo y desprecio por sus compañeros de carpeta. ¡¡¡Cuánto sufrimiento gratuito!!!
En épocas de crisis social, cuando el odio se esparce peligrosa y rápidamente, el silencio de unos pocos es más elocuente (y oprobioso) que los gritos destemplados de una ciega mayoría. Quienes deban alzar su voz háganlo ahora pues Tacna puede convertirse en una tea destructora en manos de perversos incendiarios.
Me corresponde llamar la atención como psicólogo de esta vorágine de odio que parece instalarse en un sector de la sociedad. Las frustraciones, los fracasos, las carencias y las experiencias traumáticas son las mismas donde florece ese torrente de odio y violencia. Mirarse al espejo es necesario, ahora. Buscar en lo más recóndito de nuestra (in)consciencia para hallar la explicación de este repentino deseo destructivo.
Antes de tirar la piedra o lanzar el improperio contra el extranjero mirate en el espejo y encuentra en ti la raíz de esta repentina sed de venganza. No es racional tu postura, lo sabes bien. Pero no quieres ver las cifras, los datos fríos.
Antes de informarte, antes de reflexionar, prefieres descargar tu ira en quienes ahora ves como culpables de tus desgracias. Lee más sobre el holocausto, más sobre Ruanda, sobre los Balcanes.
Lo perverso de la xenofobia es que viene revestida de decencia, de genuino interés por la comunidad. Descubrir este disfraz en otros y en nosotros nos hace responsables ante la historia. Que Tacna no se convierta en una tea destructiva por la cobarde actitud de sus líderes.