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Quellaveco y Moquegua

Hacia futuro, todo esto tendrá un impacto en el comercio al requerirse alimentación y alojamiento, sobre todo en la construcción. Este impacto recién comenzaría a observarse el próximo año, conforme continúe la siguiente etapa de inversiones en 2019, que excederían los US$ 1,000 millones.

BLGO. JOSÉ J. GUERRERO-ROJAS

CONSULTOR EN PROYECTOS AMBIENTALES

Largo ha sido el camino y largo el romance entre el proyecto de cobre Quellaveco y la región Moquegua hasta llegar al anuncio que daba cuenta de su puesta en marcha y próxima entrada en operación. Anuncio ocurrido la semana pasada de voz del Presidente de la República, ingeniero Martín Vizcarra, uno de los tantos artífices de este logro cuando fue gobernador regional.

Como la gran mayoría de proyectos mineros que estuvieron en manos del Estado, la riqueza de este yacimiento minero se conoce desde hace más de 40 años, si es que no es el doble del tiempo con los primeros trabajos de exploración, ejecutados hacia finales de la década de los años 30 del siglo pasado.

Ante el anuncio del inicio de los trabajos de construcción y del inicio de la explotación del proyecto, que tendrá una inversión estimada entre US$ 5000 y US$ 5300 millones, surge el cuestionamiento sobre los beneficios de Quellaveco a Moquegua.

A decir de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) los beneficios iniciales, durante la etapa de construcción, se verán reflejados en aquellas empresas dedicadas a ofrecer servicios de metalmecánica, y de hotelería y alimentación.

Adicionalmente, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Moquegua, Gaspar Flores, precisa que el dinamismo se observará primero en el transporte, gracias a que en la región existen un importante número de empresas que brindan el servicio de carga, de personal y de transporte liviano.

De otro lado, un aspecto sensible, es la demanda de mano de obra para la ejecución del proyecto. Se señala que solo la construcción requerirá de alrededor de 11,000 personas, cifra que disminuirá cuando se inicie la explotación comercial de la mina. Esta mano de obra de debe ser en su mayoría calificada, y mucha de ella provendrá de otras regiones del país.

Hacia futuro, todo esto tendrá un impacto en el comercio al requerirse alimentación y alojamiento, sobre todo en la construcción. Este impacto recién comenzaría a observarse el próximo año, conforme continúe la siguiente etapa de inversiones en 2019, que excederían los US$1,000 millones.

Queda pues congratularnos por el inicio de las obras de este importante proyecto minero que, estamos seguros, será desarrollado cumpliendo estándares ambientales internacionales y en una armoniosa relación con la población y con el país.

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