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Somos un poco más y más urbano

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS

ECONOMISTA DEL CEOP ILO

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) para nuestra alegría ha comenzado a masificar la estadística del Censo realizada en el 2017 tanto nacional como por departamentos.

Así tenemos que rescatamos del Censo del Departamento de Moquegua que en una década hemos crecido 8.3%, de 161 mil habitantes que éramos en el 2007 hemos pasado a ser 174 mil habitantes aproximadamente.

Es uno de los crecimientos nacionales más significativos en el país pues el porcentaje de crecimiento es de un promedio anual del 2% anual (Véase Tabla N° 01)

Sin embargo, en población, en el escenario nacional, ocupamos el antepenúltimo puesto, un poco más adelante que Madre de Dios que tiene 141 mil habitantes, en los primeros puestos están Lima con 9 millones de habitantes, segundo el Callao con 8 millones y siguen como 10 departamentos con un millón de habitantes, es decir que somos muy poco nacionalmente, situación explicable porque tenemos un mercado interno reducido y dependiente de la actividad minera, un sector público a la medida de las actividades productivas, una agricultura estrecha y muy alfalfera (Véase Tabla N° 03)

Otro detalle que nos muestra la estadística censal es que nuestra población se ha vuelto más urbana. En el 2017 la población urbana es de 151 habitantes aproximadamente que representa el 86.9% versus la rural que represento solo el 13.1%.

Motivos, varios seguramente como el tránsito de la empleabilidad rural a la construcción, el paso de algunos poblados a asentamientos urbanos (si son más de 2000 habitantes), el proceso ya casi natural de costeñización de la población y la fuerte presencia en las ciudades de inmigrantes principalmente puneñas entre otros.

La anterior consideración va paralela a la hegemonía de las dos provincias costeñas moqueguanas: Mariscal Nieto e Ilo. La primera es la de más alta población con 85,349 habitantes (48,8%) y la segunda con 74,649 habitantes (42.7%), ambas provincias crecieron entre el 2007 y el 2017 en un promedio de 17%, es decir que por 100 habitantes que habían hace una década en ambas provincias hoy debemos sumarles 17 habitantes más.

Lo que si llama la atención y ese debe ser una consideración para las políticas públicas es el decrecimiento estrepitoso de la Provincia Andina de General Sánchez Cerro en menos de 40.3%, lo que es lo mismo decir que cada 100 habitantes que había en el 2007 en esta provincia 40 habitantes salieron, abandonaron, inmigraron, perecieron u otra razón a explicar.

Una visita a esta provincia se observa que la población es longeva, pobre y todavía agrícola, los jóvenes son los grandes ausentes, seguramente la estadística en otra secuencia confirmara nuestra apreciación. Lo que si podemos afirmar que las políticas públicas sobre esta provincia fracasaron en redondo pues si no hay desarrollo, seguridad alimentaria, perspectivas y la población sale en búsqueda de otros futuros (Véase Tabla N° 01).

De otro lado, Mariscal Nieto e Ilo calculaban a priori que el 2021 podrían ser más de 100 mil habitantes cada una, dudo que ello ocurra si tenemos en cuenta que en una década crecimos 8.3% y al Bicentenario solo nos separan 3 años además que no está claro que se ejecutaran megaproyectos de gran impacto poblacional (¡Y Quellaveco!), si claro, pero tanto tampoco. Salvo error u omisión como dicen los contadores.

A manera de conclusión afírmanos que si hemos crecido de manera importante, que nuestra densidad poblacional es preponderantemente urbana, pero no somos significativos en el marco nacional, que el campo es pequeño con escaso recurso hídrico que ha afectado junto a otros factores la vivencia rural y que debe ser prioridad contar con una política pública eficaz que diagnostique la realidad de la provincia de Sánchez Cerro poblada por muchos habitantes de la tercera edad y con decreciente masa poblacional (¿Qué paso?). Para responder a esta pregunta y otras más nos ocuparemos del Bono demográfico en otra oportunidad (Véase Gráfico N° 01)

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