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¿Se están perdiendo los valores?

POR: PROF. WILFREDO MENDOZA FLORES

wil.mendoza.flores@gamail.com

En la semana que pasó, sucedieron  hechos políticos que la ciudadanía ha percatado con cierta atención. Los parlamentarios, como ninguna vez “trabajaron” para aprobar la llamada ley Fujimori que seguramente va a ser observada por el Ejecutivo; pero también fueron sorprendidos  por la noticia “bomba” la ser detenida de manera preliminar la lideresa de Fuerza Popular Keiko Fujimori por presunto lavado de activos ordenado por el honorable juez Richard Concepción Carhuancho a solicitud  del fiscal José Domingo Pérez que necesita custodia y protección. Las reacciones han sido diversas. Unas en contra, aduciendo que es una venganza política, y otras afirmaciones como el que por fin llegó la justicia y que la ley es igual para todos.

La otra información trascendental y muy importante para Moquegua, ha sido la realización del MuniEjecutivo en el que estuvo presente el Presidente de la República y los Ministros de Estado con sus equipo de técnicos y los alcaldes provinciales y distritales que abordaron temas relativos al presupuesto, proyectos encaminados y también proyectos que necesitan ser atendidos en un corto y mediano plazo con presupuesto vigente y desde luego con lo planificado o presupuestado para el 2019 que ejecutarán las nuevas autoridades de las municipalidades..

Pero, como decía mi distinguido vecino Don Teodoro. La vida continua para los pobres o para los pobladores de a pie, para los que no tienen voz todo sigue igual o peor.  No es para menos; pues, observando el quehacer diario de la ciudadanía de estos tiempos, y la población de unas dos o tres décadas atrás, aunque las comparaciones son ociosas y odiosas, siempre es necesario hacer algunas diferencias, o sacar algunas lecciones que permitan reflexionar y no caer nuevamente en crasos errores; porque la experiencia contraída es sustancial en el quehacer humano.

A diario vemos a personas en las calles, en su  traslado a sus centros laborales, a los empleados en las oficinas y a los estudiantes a colegios y escuelas, y detallando el comportamiento de cada uno de ellos en su rol, es posible realizar algunas conclusiones de que los valores éticos y morales no están perdidos del todo, ni acabados, ni eliminados. Hace falta otra actitud.

Pero, es importante señalar algunas anomalías, irregularidades, defectos o acciones negativas que generan opiniones discrepantes y que resquebrajan la buena imagen y el prestigio de un pueblo y de sus habitantes.

Por ejemplo: Es inadmisible que aún haya personas –no sé de dónde son- que arrojen basura en las pistas, ni coloquen papeles en los lugares señalados, que sin respeto alguno pisoteen las áreas verdes de la  plaza, parques y alamedas y hasta los utilicen como lugares para libar licor, que hayan choferes y cobradores desaseados en las llamadas “combis” y que para ganar más pasajeros hagan locas carreras o que no obedezcan los paraderos para captar o dejar a los clientes, o que no recojan a los escolares en las horas punta o que, los que laboran en las oficinas de imagen institucional muestren su falta de educación al no responder a un saludo o que no inviten al usuario que acude para obtener un servicio y no algún favor, al contrario muestren soberbia y pedantería, tal como sucede en las entidades públicas y en otras oficinas no puedan dar información, o en el caso de trabajadores de las entidades estatales que en horas de trabajo estén concentrados en sus celulares, lucen sus chalequitos de colores vistosos en restaurantes y bares, presumiblemente cumpliendo alguna comisión que el jefe los ha asignado, y otros, gerentes o jefes que siempre llegan tarde, se ausentan los lunes y viernes o que siempre están muy ocupados o en reunión de trabajo.

Reitero, que los valores humanos, quiero estar equivocado, no se han perdido del todo, simplemente se han confundido los conceptos de lo que es bueno y lo que es malo, de lo que es beneficioso y de lo que es perjudicial; y de ello, del deterioro de esos conceptos, son y somos culpables, de alguna manera todos, si todos, especialmente las autoridades débiles de espíritu, débiles en hacer respetar el principio de autoridad, que han ignorado o no conocen debidamente las normas legales para interpretar o aplicar en su oportunidad.

Algo más, los padres inducen a sus hijos que es más importante la discoteca que una biblioteca, o el celular; o el profesor que da a entender que ser chismoso es ser tolerante, o el joven que valora más el sexo que el amor, o el adolescente que piensa que la sabiduría se acaba con la vejez, o la sociedad que acumula la importancia de la experiencia, o la mujer que disfruta más la brusquedad que la delicadeza femenina, o el hombre que admira más la belleza y no la inteligencia.

Los valores está ahí esperando que el hombre o la mujer, el adulto o el niño, los use y lo practique con humildad y modestia y que la sociedad civil los entienda, los comprenda; pero, cuando las acciones o los actos rebasan y llegan a la exageración y a los extremos, es cuando se convierte en negativo que es rechazado en todas sus dimensiones…La honestidad, la puntualidad, la verdad y otros valores  existen, pero se sienten solas, porque los políticos la abandonaron y los niños la desconocen y los jóvenes la desprecian y los empleados la huyen.

Y, existe el respeto, pero está esperando que lo exija, que los padres lo utilicen, que la autoridad lo merezca y que el educador lo enseñe….La belleza existe, pero los jóvenes la confunden con la extravagancia y los medios de comunicación con la apariencia y el común de las personas con la bajeza…Y, existe bondad, pero los medios resaltan más a los violentos que a los pacíficos y los héroes en las películas son los que disparan balas y los más visibles en los colegios y escuelas son los niños, los necios.

Los valores están ahí vivos y presentes, pero los seres humanos, son los que atienden más a los insensatos y que se dejan llevan más por la emoción y la pasión…y que, la razón es despreciada y confundida, que la solidaridad y la ayuda no exista ya, es realmente preocupante.

Es momento de tomar conciencia del error y comprometer a padres e hijos, estudiantes y profesores, al pueblo y autoridades para que se haga el cambio de los conceptos y de las apreciaciones para encaminarnos hacia una sociedad más agradable y fructífera.

Pregunto: ¿Es tan difícil cumplir las normas legales, es difícil ser respetuoso, por ejemplo dar el saludo diario, ceder el asiento o la vereda a los ancianos y a las personas adultas? La respuesta es obvia.

Tal vez, en esta época de elecciones, la renovación de autoridades regionales y municipales consideren desde el primer día la práctica de los valores con el ejemplo como por ejemplo ser puntuales, responsables y solidarios sobre todo; Pues es necesario revertir estos errores del común de la gente, que vienen perdiendo los valores humanos lamentablemente.

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