POR: EDGARD NORBERTO “BETO” LAJO PAREDES
Los Gobiernos Locales están facultados (desde el año 2008): “a implementar un proceso de modernización institucional integral para mejorar los servicios a la ciudadanía y potenciar el desarrollo de sus jurisdicciones… comprende aspectos de reestructuración, simplificación administrativa, orientación a resultados, mejora de la calidad del gasto y democratización, entre otros” (art. 1, D. Leg. Nº 1026). No se conoce de ningún Proyecto de Modernización Institucional Integral Municipal.
CAPACIDAD INSTITUCIONAL
Es de suma importancia, se refiere a las condiciones de la entidad municipal, con sus recursos humanos, administrativos, económicos, financieros, legales, organizacionales, contexto político, entorno económico, situación social, costumbres, geografía, clima, mercado (sector privado), Estado (sector público), ciudadanía (sociedad civil), pobreza, riqueza, TICs, etc. Porque no es suficiente que los candidatos sean buenos, sino que todos los actores deben serlo, y si hay algunos con dificultades, tener una estrategia para motivarlos y hacerlos parte de la acción gubernamental.
ÍNFIMA CAPACIDAD INSTITUCIONAL
Lacerante realidad: “Capacidad institucional diferenciadas para la gestión del desarrollo local y una débil relación interinstitucional y participación ciudadana” (Resumen Ejecutivo, pág. 12); describe tres situaciones: las municipalidades de la provincia, tienen limitaciones diversas, es necesario identificarlas; no hay alianzas estratégicas (individualismo arraigado o qué); no hay participación ciudadana (autoridades no lo fomentan, vecindario renuente o…).
LIMITACIONES DE LAS MUNICIPALIDADES
Continúa: “las Municipalidades de la provincia desde el punto de vista de su capacidad de gestión muestran limitaciones derivadas de la ausencia de recursos e introducción de tecnologías de apoyo a la gestión aptas para mejorar la capacidad institucional que posibiliten: a) mejorar las funciones y resolver problemas públicos; b) movilizar o adaptar sus instituciones para dar respuesta a los problemas públicos; y c) formular, aplicar, coordinar, monitorear, evaluar y rendir cuentas en el marco de un sistema de gestión pública” (pág. 12). Ello se resuelve con a) capacitación; b) reestructuración; y c) transparencia.
SIN EMBARGO, NO HAY PROPUESTAS
Este diagnóstico, contenido en el PAT (Resumen Ejecutivo) data del lejano año 2014, no se conoce de propuestas para dotar de capacidad institucional, a las Municipalidades, ello es indispensable a fin elevar la calidad de las gestiones. Podrán ser buenas, en administrar y hacer obras, pero sin propiciar crecimiento económico (inversión y empleo), justicia social (erradicar la pobreza), sostenibilidad ambiental (cuidar nuestra tierra, agua, aire, naturaleza, salud y vida).
ALGUNAS PARADOJAS
Sobreabundan los que proponen cambio: de constitución, de modelo económico; reforma política, electoral, y judicial. Nadie propugna reforma municipal; lo peor, nadie sugiere cumplir la LOM (Ley Orgánica de Municipalidades). En el ámbito electoral municipal, se habla de “cambio”, pero de personas y pintura (ej. antes azul ahora amarillo); no de la manera de gobernar.
COMO EL BUEN TAXISTA Y AGRICULTOR
Es conveniente adoptar las prácticas del buen taxista: estudia las reglas de tránsito, da examen de verdad para su licencia de conducir, obtiene su permiso municipal; luego, antes de salir, revisa el vehículo (si requiere especialización busca al mejor: mecánico, electricista, llantero, grifero, planchador, etc.), lo limpia, le cambia accesorios, tiene los documentos al día, le echa combustible, determina la ruta por donde recoger pasajeros, está al tanto de acontecimientos donde hay plaza, es amable con el cliente, está medianamente informado para conversar con el usuario, por ser un buen comunicador es una especie de encuesta, se organiza con sus colegas; hasta vende su carro para comprarse uno nuevo o con menos tiempo de uso, para no tener dificultades, gaste menos combustible, etc. O como el agricultor: prepara la tierra, escoge la mejor semilla, planifica el cultivo, programa el riego, vigila el crecimiento, al final, disfruta la cosecha. Los gobernantes deben tener similares hábitos.