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Costumbres malas y falta de respeto

Dónde están los señores y señoritas inspectores de la Gerencia de Transportes y Comunicaciones; y de la Municipalidad, dónde están los señores policías de tránsito y otras autoridades que tienen que ver con la seguridad de la ciudadanía. Por qué tanta indiferencia y desinterés para cumplir sus funciones a favor de la población.

POR: PROF. WILFREDO MENDOZA FLORES

wil.mendoza.flores@gmail.com

Por esta vez, no vamos a abordar temas políticos, temas relacionados de las lecciones que dejaron las elecciones municipales y regionales que no dejan de ser importantes, ya que este derecho de elegir y ser elegidos, posibilita determinar o contar con nuevas autoridades que van a conducir el destino de los pueblos a través del poder que el pueblo les otorga por cuatro años.

Sin embargo, también es necesario abordar otros temas que por su naturaleza son muy importantes que marcan la diferencia. Actos y acciones que protagonizan las personas que como autoridades y representantes de organizaciones populares y sociales que deben dar el ejemplo al expresar sus inquietudes, algunas de ellas a favor de la población en general y también muchos de los otros que generan opiniones negativas que desprestigian el buen nombre, la tradición e historia de los pueblos de Moquegua.

Por ejemplo, en esta ocasión analizaremos –tal vez- de manera superficial, tangencial y brevemente lo que la mayoría de la ciudadanía sufre en carne propia el pésimo servicio de transporte urbano, especialmente los famosos denominados “combis”, “custer” que, en los últimos tiempos cuya cantidad de estos vehículos han aumentado o se han incrementado tremendamente.

Igualmente los transportes de taxis ahora son mucho más que hace dos o tres años atrás, cantidad que ha generado una competencia desleal entre los conductores y propietarios de dichos vehículos de servicio que, en lugar de mejorar, en la práctica, resultan siendo un servicio lleno de suplicio, de angustia, preocupación que causa molestia, quejas y denuncias a través de los medios de comunicación para que las autoridades pertinentes den las soluciones, pero como se observa, estas soluciones nunca se dan, lamentablemente.

En el caso del servicio que presta las “combis” es realmente preocupante, porque son un peligro permanente: Transitan a toda velocidad, haciendo competencia con otras combis para ganar o arrancharse pasajeros. Paran en cualquier parte de la pista para dejar al usuario o para que suban los pasajeros.

Permiten que la combi se llene de pasajeros más de lo permitido trasladándoles de a pie. En horas punta no recogen a los escolares, porque –dicen- que solo pagan medio pasaje. El piloto o chofer que conduce el vehículo, permite que a su lado vayan dos pasajeros más, con el riesgo de que no pueda realizar los cambios de velocidad en sectores previamente señalizados, lo que pone en peligro la vida de los pasajeros.

Los conductores, cuando observan que no hay pasajeros ordena al cobrador que retire el tablero de identificación del número de ruta para colocar otro que dice: “Fuera de servicio” y con ello, no cumplen su tránsito por las calles por donde debe dirigirse, sin considerar que le esperan otros usuarios.

Algo peor, la mayoría de estos vehículos emiten gases como anhídrido carbónico que contaminan el ambiente y que, de este hecho, nadie dice algo para salvaguardar la vida.

Referente a la situación de los que conducen las combis, es también preocupante y hasta causa vergüenza ajena. Choferes que no cuidan su aspecto personal, manejan despeinados o con gorritos sucios, otros siempre están molestos y responden con improperios ante preguntas sencillas como: Dónde se puede ir a almorzar o en qué lugar queda tal institución.

Otros leen su periódico y no faltan quienes desayunan y almuerzan delante del timón. Semejante escena, realmente es un insulto y falta de respeto al pueblo. Igual o peor situación se encuentran los controladores o controladoras que, en su mayoría son jóvenes mozalbetes que requieren ser capacitados en temas de relaciones humanas y públicas para que demuestren su educación y buen trato que merece el público usuario.

A todo esto, pregunto. Dónde están los señores y señoritas inspectores de la Gerencia de Transportes y Comunicaciones; y de la Municipalidad, dónde están los señores policías de tránsito y otras autoridades que tienen que ver con la seguridad de la ciudadanía. Por qué tanta indiferencia y desinterés para cumplir sus funciones a favor de la población.

Estoy seguro que, a partir de ahora tendremos muchos detractores, especialmente por parte de los empresarios de servicio de transporte urbano; pero es tiempo de corregir estas anomalías que dañan la buena imagen del pueblo de Moquegua; lo grave es que se pone en peligro la salud física y la vida de los que utilizan el servicio de las combis y del público en general.

Muchas veces, cuando suceden accidentes y muertes, de vidas humanas, recién vienen las lamentaciones tardíamente. Aquí la responsabilidad es de las autoridades y de los empresarios transportistas que deben brindar un servicio óptimo, eficiente y serio, de lo contrario, como hasta ahora, todos querrán hacer lo que mejor les da la gana.

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