Carta de saludo a todas las madres en su día

POR: ENRIQUE RIVERA SALAS (PERIODISTA COLEGIADO)

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Madre querida:

Nos es sumamente grato dirigirnos a Ud. embelesados del amor más puro y prístino por el profundo tributo de reconocimiento, para que sus virtudes sean realizadas en la intimidad del hogar y estrechar más Los lazos familiares.

Que este homenaje al símbolo sagrado de entrega y sacrificio que es amor que procede de la cuna y trasciende más allá de la tumba, se convierte en un solo sentimiento humano, que ni sacrificios ni ingratitudes lo quebrantan, convirtiendo a la madre en la más sólida alma humana.

Y es esta verdad y ternura que nos rodea de cuidados en nuestros indefensos días de infancia, cariño que nos guía sin titubear nunca en los inciertos pasos a través de la adolescencia y sagrado sostén moral de nuestra madurez.

Nuestro sentido homenaje a todas las madres que como corolario de nuestros corazones, invocamos a todos los hijos, que a las madres debemos cuidarlas, quererlas, prodigarles el amor y cariño, respeto y obediencia; ser un amigo más, ser un consejero, guiar sus pasos en su ancianidad, evitar su llanto, su cólera para que siempre esté alegre y viva feliz con la familia.

En esta oportunidad nos permitimos transcribir lo que dijera la Madre Teresa de Calcuta que pronunció un hermoso mensaje para ti:

“Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años…

Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida. Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés viva, siéntete viva. Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas…

Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que, en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. ¡Pero nunca te detengas!”

Mirando el ejemplo materno, hagamos la propuesta de convertirnos en ciudadanos cabales, honestos, comprometidos con la sociedad, con la verdad y la justicia, y con una onda calidad moral y espiritual.

Finalmente pedirle a Dios que a las madres que se fueron de viaje sin retorno y se encuentran en el paraíso celestial, gocen de la paz eterna.

¡Feliz día Madres Idolatradas!

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