POR: JACK CHIRINOS SARMIENTO
Advertencia. Esta es una historia de hace muchos años atrás, que quedó pendiente de publicación. Ojalá les agrade.
Corría el año 2005, exactamente un 23 de enero del año 2005, cuando vi por primera vez el mar de Ilo, en todo su esplendor. Era un lunes al mediodía, cuando después de una larga travesía que incluía Moquegua, pude llegar al puerto que me acogió durante 14 años de mi vida. Pero al igual que todo Ilo cambió y mucho.
En esos años, había un proceso de revocatoria del cual salió bien librado “Pocho” Mendoza. Ilo era un puerto que aún acogía a marineros extranjeros, filipinos en su gran mayoría. La Pampa Inalámbrica solo llegaba hasta Vista al Mar (Promuvi VII) por un extremo y Los Ángeles (por el otro lado), aun se podía apreciar lo grande y plana que era. Era el fin del mundo, decían. Aun no se producía las invasiones en las Glorietas ni existía Santa Rosa en El Algarrobal. La “feria de los lunes” era en Alto Ilo y finalmente, podíamos ver y escuchar “Casos y Cosas” con Genaro Alponte Cortez y los despachos en campo de Víctor Cruz Jaliri.
Aún se hablaba en esos años de la modernización de la fundición a cargo de la empresa Southern Perú y se discutía ampliamente sobre los efectos de la contaminación. Todavía faltaba muchos años más para que todo Moquegua se paralice con el “moqueguazo”, ya que en esos años nuestras autoridades trabajaban para la distribución directa del canon hacia las regiones, medida con resultados positivos y negativo, aún gobernaba el país Alejandro Toledo y le seguiría Alan García. Pero bueno esa es otra historia.
En esos años, después del trabajo diario conocí a una gran persona, que al principio no le di mucha importancia, pasó el tiempo y fue apareciendo un sentimiento, que no había sentido durante muchos años atrás, ya saben queridos amigos a lo que me refiero, la conquisté, nos enamoramos y tratamos de vivir felices durante mucho tiempo más. Coincidimos en muchas cosas, discutíamos en otras, nos peleamos nos amistamos, pero éramos felices en esos años. Todo iba en serio, hasta que pasó la tragedia.
No recuerdo bien todo lo malo que nos hicimos, las cosas cambiaron, los problemas pudieron más que el amor y lo recuerdo como si fuera ayer, que un 15 de setiembre, mientras unos celebraban el día del Señor de Locumba, yo recibiría un rompimiento y una sentencia que decía “Hasta aquí llegamos”.
Ese fue el inicio de años muy duros, donde no pude controlar mis miedos y mis emociones, pasaron muchas cosas oscuras, tuvo que pasar muchos años para que pueda superarlo y aquí estoy un poco nervioso por recordar tales cosas, pero salí adelante. Creo que ella también pasó lo mismo. ¿A quién no le pasó esto? Jóvenes y adultos alguna vez pasamos por esto y si no, escríbanme y díganme lo contrario. El que no ha pecado que tire la primera piedra.
Después de muchos años y de manera casual, nos cruzamos frente a frente, nos saludamos, nos abrazamos y brotó algunas lágrimas de ambos rostros y bueno lo que pasó después quedará en mi hasta la muerte, porque ese si “son cosas mías”.