Perú ahuyenta las inversiones mineras y Chile persuade a la India para establecer nuevas plantas de litio

POR: ÁNGEL ROJAS ROSALES

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Es lamentable comprobar, en medio de esta atmósfera de turba multa que envuelve a las protestas seudo ambientalistas a lo largo del país, como ese viejo adagio popular le cae como anillo al dedo al clima de convulsión que viene afrontando el sector minero: “el peor enemigo de un peruano es otro peruano”.

Ello se deduce de la furibunda actividad delincuencial, disfrazada de protesta medio ambientalista, que vienen llevando a cabo minúsculos grupos radicalizados de izquierda anti minera a nivel nacional, cuyo único fin es tumbarse a la principal actividad generadora de ingresos al Estado, cuando por el contrario, en el vecino país del sur, Chile, se procede de manera inversa, es decir, lejos de que la dirigencia chilena adopte este tipo de protestas que como ya lo he señalado lindan con lo delincuencial.

El estado chileno viene asumiendo un rol agresivo de atracción de inversiones extranjeras en el sector minero, tanto así que se ha acercado a empresas como Mahindra & Mahindra Ltd. con el fin de establecer plantas de fabricación de baterías de litio en su territorio, considerando que dicha empresa tiene como objetivo el convertirse en el centro global para la fabricación de vehículos de nuevas fuentes de energía (baterías para vehículos eléctricos), sin desmedro de dejar de lado la búsqueda de otras inversiones en otros países como China, Japón y Corea del Sur.

Esta inusitada pero bien planificada iniciativa chilena se desprende de la decisión que ha adoptado la India, la misma que tiene como finalidad la reducción de impuestos, además de poner en ejecución un plan de US$ 1,400 millones para alentar la adopción más rápida de vehículos eléctricos como parte de sus esfuerzos por combatir la toxicidad del aire en su país, máxime si se prevé que el mismo se convierta en el cuarto mercado más grande para los vehículos eléctricos en el 2040, por lo que la cancillería chilena viene haciendo un nuevo intento de atraer a inversionistas extranjeros para desarrollar productos de litio de valor agregado, ya que hasta ahora, solo ha podido exportar el mineral en bruto a países como China o Corea del Sur, donde se fabrican la mayoría de las baterías.

De lo señalado se puede concluir que el Estado chileno y su clase política siempre ponen en primer lugar el bienestar de sus ciudadanos, no siendo esta la excepción, en pocas palabras, resulta envidiable el accionar sesudo de la cancillería chilena en materia de atracción de inversiones en un sector clave como el minero, cuando en nuestro país sucede todo lo contrario.

El gobierno de turno al mando de Vizcarra, a lo único que aspira es a claudicar su autoridad ante autoridades regionales y locales con ínfulas de reyezuelos y orígenes sumamente cuestionables que han tomado la bandera de la protesta social, irrogándose una legitimidad de la cual no gozan, con el único afán de no caer en las encuestas y gozar del aplauso fácil y populista del pueblo, al cual el gobernante viene azuzando de manera reiterada en contra de un poder del Estado (Congreso) al mejor estilo de los grandes dictadores, como por ejemplo, Fujimori, Chávez, entre otros, dejándose de lado el desarrollo que tanto requiere el pueblo peruano en su conjunto, lo que además ha traído como consecuencia de que el mandatario renuncie a una de sus principales funciones como presidente, de acuerdo al inciso 1° del artículo 118° de la Constitución Política del Perú, cumplir y hacer cumplir las leyes, es decir, no le importa imponer el estado de derecho ni mucho menos el desarrollo del país.

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