El CETRUM de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) ha publicado el estudio sobre los Índices de Progreso Regional del Perú – 2019 con una escala de 1 a 100, en los resultados publicados el departamento de Moquegua aparece en el primer lugar con 62,6 puntos, de esta manera cualitativamente tiene un incremento en el nivel de progreso social. No es cualquier calificación, es la antesala del nivel medio-alto (Véase Figura N°01). Agreguemos que en el 2017 y 2018 nuestro departamento estuvo en el segundo lugar y hoy desplaza a Lima que estaba en el primer lugar.
Pero ¿Qué es Índice del Progreso Social (IPS) de las Regiones del Perú?
Según el Director General del mencionado centro indica que los indicadores económicos de la investigación miden la capacidad adquisitiva de las personas para conocer “cuál es la calidad de vida del peruano en cada una de las regiones que habita”.
Luis del Carpio, otro directivo del centro, señala que la metodología es internacional “Social Progress Imperative” que busca complementar la medición tradicional de la economía como es a través del Producto Bruto Interno (PBI), por ello lo centran en tres dimensiones:
- a) La satisfacción de las necesidades Básicas Humanas; b) el logro del Bienestar; c) Acceso a las oportunidades. Por el lado de la colombiana María Cristina Piñeros, Socia de Deloitte, precisa que el índice es una herramienta que sirve a los gobiernos y empresas para saber bien donde… deben realizar la inversión social”
La reacción en los medios de comunicación ha sido elocuente y justificado. Si todavía tenesmos anemia, mortalidad materna, el acceso al agua es cara y escasa, la dotación de agua es de tarifas altas y sujeta a constantes cortes, la demanda de vivienda es mayor que la oferta, se incrementan los homicidios y feminicidios, los robos también continúan, los accidentes de tránsito interurbano se incrementan, ¿Cómo se puede afirmar que la satisfacción de las necesidades es medio alta?
Si bien tenemos bajo analfabetismo, logros altos en matemática y lenguajes, no es menos cierto que culturalmente somos deficientes, que tenemos celulares e internet pero no lo utilizamos bien, realizamos más wasapeo que lectura de libros, tenemos elevados niveles de enfermedades cancerígenas, renales, depresivas y respiratorias, además todavía no tenemos una práctica ecológica y responsable de preservación del medio ambiente y que las plantas de tratamiento en algunas provincias (Ilo por ejemplo) o no existen o han colapsado.
¿Tenemos medio alto bienestar? No todos tienen títulos de propiedad de sus terrenos, el embarazo precoz existe elevado, tenemos varias autoridades en las cárceles, la violencia es continua y estamos amenazados de cerrar una Universidad y varios Institutos superiores ¿Están las oportunidades estar en crecimiento?
Sin llegar a los extremos, de lo que escuchamos en una emisora radial en donde se afirma que toda este es un engaño, que la estadística esta maniobrada para hacernos creer que estamos bien, y es bueno, ser realistas. El promedio de 62.6 de índice de Progreso indicado para Moquegua no lo es “Medio alto” como nos informan por los medios de comunicación (Medio-Alto entre 65 a 74), estaríamos más bien el intervalo de “Medio- Bajo” (entre 55 a 64 puntos), es decir estamos un poquito más de la mitad, que, si bien nos incrementamos en un punto con respecto al 2018, seguimos estando en el mismo segmento medio, nos falta mucho por avanzar y lograr.
Para darnos cuenta que todavía tenemos que transitar mucho, comparémonos con los indicadores IPS internacionales, el Perú de 149 países de este estudio ocupa el puesto 57, no le ganamos a Chile que ocupa el puesto 37 (20 puestos más), Uruguay puesto 41, Argentina puesto 42, Brasil puesto 49. Si le ganamos a México que ocupa el puesto 55.
La deducción es lógica, no vayamos a los extremos de negar que tenemos mejoramientos, que somos, en el índice de Progreso Social Regional (IPSR), los primeros del país momentáneamente, tampoco ser triunfalistas de creernos la Suiza de América.
Mirémonos bien, hay que seguir avanzando aceleradamente para por lo menos en el 2030 alcanzar las metas planteadas en “los Objetivos del Milenio para el Perú hacia el 2030”. Comencemos por leer bien el estudio del IPSR 2019 y nos daremos cuenta que en la dimensión Necesidades Básicas hay buenos incrementos (72.8 puntos), pero en las Dimensiones de Bienestar (solo 48,4 puntos) y Oportunidades (bajo un punto a 66.5 puntos) hay más que trabajar.
Hay otras metodologías que también deberíamos estudiar como las de Michel Porter que son más sistemáticas tratando de auscultar el desarrollo de manera más inclusiva, miran mejor las desigualdades para que no nos pase lo ocurrido con Chile que dentro de la burbuja se escondía grandes grietas de desigualdad de un modelo competitivo altamente explosivo.