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La quebrada del diablo, ¿la quebrada del cementerio? todo parece tenebroso, allí construyen viviendas

Es muy probable que muchos de quienes construyeron sus viviendas en el cauce de la "quebrada del diablo" dejaron "a la suerte, al destino o a Dios" el futuro de sus viviendas y de sus propias familias.

POR: DR. ENRIQUE AZOCAR PRADO

Una variable ignorada en el análisis del huayco de «quebrada del diablo» en Tacna, es el fatalismo como actitud hacia la vida. Cuando alguien dice: «si Dios así lo dispone quién soy yo para impedirlo», o mejor esta: «lo que tiene que suceder, sucederá».

El fatalismo se ha estudiado desde hace mucho tiempo, incluso para explicar la falta de colaboración de los enfermos con su propio tratamiento. Es muy probable que muchos de quienes construyeron sus viviendas en el cauce de la «quebrada del diablo» dejaron «a la suerte, al destino o a Dios» el futuro de sus viviendas y de sus propias familias.

Si la educación no hace nada al respecto, seguiremos viendo el enfrentamiento entre la racionalidad (no construir en cauces ni en quebradas) y el fatalismo como actitud hacia la vida.

No creo que los vecinos de La Florida desconocieran el alto riesgo al que estaban expuestos. La ignorancia de lo ocurrido el año 1927 no puede explicar la negligencia con la cual actuaron al construir en la Quebrada. Bastaba el sentido común para darse cuenta…

Ni la pobreza, ni la ignorancia, ni la falta de terrenos donde construir explican la tragedia. Creo que estamos frente a algo más peligroso… una filosofía de vida que desafía a la racionalidad y a la ciencia. Una filosofía reflejada en la creencia «que nada malo pasará y si tiene que pasar, pasará». Frente a esta filosofía, no hay planos, ni arquitectos, ni estudios de suelos, etc. que valgan.

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