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¿Es posible la planta desalinizadora en Ilo?

La provincia de Ilo es un caso singular, es dependiente de las cuencas de la sierra occidental y también la población se incrementa incesantemente mientras que el recurso agua es escaso, de otro lado tiene grandes expectativas de inversión y al mismo tiempo no se asegura el abastecimiento del líquido elemento básico en el futuro.

POR JORGE ACOSTA ZEVALLOS

ECONOMISTA DEL CEOP ILO

A raíz de las inundaciones de los ríos, huaycos y escases del básico líquido elemento en el Departamento de Moquegua el presidente Vizcarra indicó que, frente al problema consecutivo de escasez de agua en Ilo, se priorizará la construcción de una planta desalinizadora. En realidad, el tema no es nuevo, ya estaba en el Plan de Trabajo del Ministerio de la Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) hace más de 05 años.

Nuestro país se ha configurado de manera contradictoria pues el 60% de la población peruana está ya en la costa y tenemos pocos afluentes de agua, además son de poco volumen acuífero y según la Autoridad Nacional del Agua la región costeña solo posee el 2.2% del total de agua nacional. Sumemos que en las últimas décadas las alteraciones climatológicas son consecutivas y extremas debido al calentamiento global, la carente política de prevención y la falta de planificación de la gestión pública.

La provincia de Ilo es un caso singular, es dependiente de las cuencas de la sierra occidental y también la población se incrementa incesantemente mientras que el recurso agua es escaso, de otro lado tiene grandes expectativas de inversión y al mismo tiempo no se asegura el abastecimiento del líquido elemento básico en el futuro.

Por ello es que el MVCS lo ha priorizado entre las 19 plantas desalinizadoras en la costa peruana a través de la forma de asociación público-privado (APP) al 2021. Al respecto se han establecido convenios entra la Municipalidad Provincial de Ilo (MPI) y el MVCS. De esta manera se busca asegurar la dotación de agua para el uso doméstico, industrial y posiblemente agrícola.

Sin embargo, una dificultad que frena la decisión de su construcción son los costos de producción del agua, estos elevados con respecto a la captación y procesamiento tradicional. Sedapal (Lima) señala que producir un metro cubico (m3) de agua de la captación de los ríos o lagos cuesta S/0.33 y el agua subterránea cuesta S/0.70.

En cambio, un m3 de agua del mar convertirlo en agua dulce cuesta S/.1.80, es decir seis o siete veces más que la del agua superficial. La conclusión lógica seria descartar esta propuesta y buscar otras opciones. No es tan fácil. Primero, tenemos periodos prolongados de sequía al extremo de las declaraciones de guerra por el agua entre los departamentos vecinos del extremo sur occidente.

Segundo, el calentamiento global existe, actualmente vivimos intensas lluvias con grandes afectaciones, no contamos con más represas y la dotación de agua se recorta. Tercero, la minería necesita agua y entra en conflicto con la agricultura. Cuarto, siendo nuestro recurso acuícola escaso en los valles de Tambo, Ilo e Ite se sigue irrigando mayormente por gravedad siendo la alfalfa el producto estrella.

Quinto, se realizan estudios de que la contaminación marina tiene varias causas, primero la irresponsabilidad ciudadana y de algunas empresas, se vierte desperdicios, ácidos, grasas a los ríos y estos lo depositan en las orillas del mar.

Sexto, la tendencia general es, a escases del líquido elemento. Séptimo, son muchos los lugares y países que construyen plantas desoladoras, desalinizadoras aplicando innovadas tecnologías, cada vez más económicas, no pensando el corto plazo, se anticipan al mediano y largo plazo.

En el caso de Chilca, en el norte de Lima, la Empresa Química Fénix tiene una planta desalinizadora complementada a una central termoeléctrica que si producen 2500 m3 el costo de cada m3 es de US$1.00. La empresa acciona agua en sus plantas de desalinización el costo por m³ de potabilizar agua de mar oscila entre US$0,40 y US$0,60 (El Comercio).

Nuestro vecino del sur, Chile, en toda la costa norte (principalmente Tarapacá y Atacama) han emprendido varios proyectos desalinizadores. Resalta la construcción de la planta de saladora más grande de Latinoamérica que estará en la Región de Atacama, el proyecto es impulsado por su Presidente Piñera para una inversión de mil millones de dólares, capacidad de entrega hasta de 2,600 litros por segundo.

Va a la par la construcción de un parque de generación de energía fotovoltaico (solar) para una generación eléctrica de 100 MW. La combinación de plantas desoladoras con plantas de generación eléctrica solar se adecua para aminorar costos, comprometen a la minería y servicios y motiva a sembrar toda su costa, hasta el 2030, de plantas de desalinización fusionadas a las de generación eléctrica solar.

El anuncio esta propalado, no se conoce el estudio, especulamos que necesitara establecer acuerdos con Southern Peru y ENGIE en una sola producción, que podría combinar las aguas de Ite y Pasto Grande con las desaladas para hacerlo asequible para las familias, empresas y probablemente las nuevas irrigaciones de Lomas de Ilo.

Agreguemos que recurrirá a la energía solar para su viabilidad. Lo que es cierto es que es un proyecto que demora en construirlo, en el mejor de los casos seria en el 2021 su operatividad con un horizonte más allá del 2030.

Portafolio potencial para plantas desalinizadoras en el Perú (El Comercio)

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