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Costo de vida y año electoral

Escribe: Wilfredo Mendoza Flores

E.mail: wil.mendoza.flores@gmail.com

El nuevo año que recién se inicia, nos permite admitir que los cambios que se vienen produciendo en los diferentes niveles y entidades de la administración pública deben ser para mejorar la atención y el servicio a los usuarios, pero fundamentalmente para posibilitar la concretización de los objetivos institucionales y del pueblo en general que busca su desarrollo y el bienestar en todos los estratos sociales.

Bienvenidos los cambios de personas por otras que necesitan de una oportunidad para asumir responsabilidades y trabajen por su pueblo que los vio nacer y crecer, que trabajen en los diferentes cargos que lo asignen, pero que eviten conformar pequeñas camarillas o de grupos privilegiados para realizar actos ilícitos e irregularidades que se observan a simple vista.

Se requiere, nuevos aires, nuevas formas de trabajo, nuevas estrategias para atender con celeridad en solucionar los problemas que aquejan y golpean con mayor fuerza a la ciudadanía de menores recursos económicos, es decir los desposeídos y humildes que apenas sobreviven y que tienen que pagar los servicios básicos igual que el resto.

En verdad, los problemas son de nunca acabar, merecen un tratamiento legal, integral y responsable; y deben ser las autoridades y representantes de las instituciones y organizaciones sociales los llamados a dialogar y concertar en beneficio de la población.

Por ejemplo, es urgente ver lo relacionado a la galopante alza del costo de los productos alimenticios de primera necesidad. Todos los días en los mercados, ferias y establecimientos comerciales, restaurantes, bares, servicio de taxi etc., los productos sufren el aumento de los precios que se convierten inalcanzables para la ciudadanía común y corriente, especialmente para la gran mayoría de desocupados y desempleados.

Se comprende la vigencia del libre mercado o de la ley de la oferta y la demanda, pero las autoridades deben intervenir para defender los intereses de la colectividad y frenar el avance de los intermediarios y de los especuladores que son los que se enriquecen con facilidad. Moquegua, capital de la Región, es la ciudad donde todo es carísimo, en comparación con otras ciudades vecinas donde los productos alimenticios o de primera necesidad, aún están al alcance de todo bolsillo.

Algo más, los pequeños comerciantes, los que dan la cara en el expendio o venta de los productos, son los primeros afectados porque se ven obligados a cumplir o ejecutar lo que les ordena el intermediario o el especulador; porque de no hacer lo que le dicen, no podrán adquirir los productos que traen de otras localidades. Los especuladores son los que imponen los precios en la venta de los productos para sacar mayores márgenes de ganancia.

Esta acción es la que hay que controlar y frenar, señores autoridades. Los pequeños comerciantes, en realidad no son los responsables, pero también son cómplices directos del alza de los precios, al no denunciar a los especuladores; pero para denunciar, se necesita valentía y coraje, valores que ya se han perdido hace ya, mucho tiempo.

Reiteramos que, al estar ya en el año electoral para renovar el Congreso de la República con nuevos rostros que realmente trabajen por el pueblo, pero no a servirse del pueblo, debe ser una tarea responsable y una decisión con la mayor firmeza en esta justa democrática.

Los candidatos o postulantes a cargos públicos deben ser los primeros en marcar la diferencia a favor del pueblo, pero no con discursos zalameros llenos de promesas que jamás van a cumplir; sino que es imperativo conocerlos, analizando su trayectoria profesional, su trabajo transparente donde le cupo desarrollar en el cargo que le asignaron; pero sobre todo su demostrada honestidad.

Hay que evitar errores, es tiempo de señalar con nombre propio a los aventureros y politiqueros que solo buscan, en esta época congraciarse con el electorado con regalitos; pero una vez que logran sus apetitos personales y de su grupo, y tan luego logran el poder, se olvidan de los que lo apoyaron y lo ayudaron. En verdad, se vienen días de incertidumbre para que haya un ambiente de paz.

Antes de concluir, traslado la indignación de los vecinos y el mío propio, sobre el abuso de las autoridades municipales que autorizan la realización de espectáculos y funcionamiento de bares y cantinas que fungen como restaurantes, pero que son antros de perdición donde campea el alcohol, drogadicción, la prostitución, etc.

El sonido que genera es de tal magnitud que contamina el espacio sonoro, daña la salud auditiva y la salud en general especialmente de los niños y personas de avanzada edad que no concilian el sueño.

Algo peor, las escenas que se observan al día siguiente es un pésimo ejemplo. La Fiscalía de Prevención del Delito, ya debería actuar de oficio y la Prefectura que es la que da las garantías la Defensoría del Pueblo, al parecer son convidados de piedra y no velan el bienestar y tranquilidad de la ciudadanía.

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